Al principio...


Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.



jueves, 9 de diciembre de 2010

La catarsis controlada del puente y mi amiga la tierra (dos articulos por el precio de uno)



Mire usted que mala suerte y fatal casualidad: los controladores les han dado el “puente” a los que deseaban hacer uso del mismo y disfrutar de su merecido descanso; también se lo han dado a distintas empresas españolas que pretendían dar servicios a españoles (los pobres extranjeros no saben lo que se pierden por no celebrar la Inmaculada y nuestra Constitución). Y a propósito de esta última, gracias a los controladores hemos aprendido que en el artículo 116 se habla de Estado de Alarma. Por el contrario, “gracias a los controladores”, se nos ha hurtado la posibilidad de reflexionar y tal vez debatir sobre, por ejemplo, el art. 40 “Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico..... De manera especial realizará una política orientada al pleno empleo“. O tal vez sobre el art. 35 “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y la de su familia, sin que en ningún caso pueda hacer discriminación por razón de sexo. O quizá el art. 41: “Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso desempleo. O del art 47, vivienda digna; o del art 50, pensión adecuada. En fin: silencio a la Constitución hablan los mercados. ¡Qué jodidos los controladores! ¿A cuantos ascenderán el total de los damnificados?