Al principio...
Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.
lunes, 26 de diciembre de 2011
2012, solo para superhéroes
lunes, 5 de diciembre de 2011
Perdidos.
Nuestro diario acontecer parece el guión de un capítulo más de la serie. No sé si por culpa de accidente casual o atentado, la vida, tal como la conocíamos se ha roto en mil pedazos, el confort de la nave con destino o rumbo fijo se ha truncado por una inhóspita existencia y demonios en las obscuridades que obedecen a nombres como depresión, decrecimiento, descrédito, desesperanza acechan amenazantes nuestra frágil existencia.
Como en cientos de catástrofes, villanía y heroicidad se dará por igual. Estamos solos y sólo podemos confiar en nosotros mismos. Un dato curioso de la serie de Perdidos es que ninguno de los personajes supervivientes formaban parte de la tripulación, de aquellos que gobernaban, marcaban el rumbo y hasta decidían el minuto a minuto del pasaje: hora de comer, atienda instrucciones, abróchense los cinturones, les recomendamos estos productos.
El diario capítulo de nuestras vidas, hoy, nos obliga a redefinir nuestros personajes, posiblemente a rebuscar en lo más profundo de nuestro ser, ese perfil heroico, rebelde, proactivo, solidario, que busca y se compromete con la familia superviviente, que desprecia la tentación de vivir bajo la forma de cualquier ente parasitario, abúlico o cobarde, que genera proyectos para el futuro, que regenera una forma nueva e ilusionante de vivir, e inyecta esperanza y recrea oportunidades para generaciones venideras.
¿Mucha tarea? Quizá, mientras tanto hagámoslo, no vaya a ser que llegue el concluir de la serie y descubramos que estamos muertos, no será así, ya siento el fragor de mil batallas y la placidez del descanso y ocio compartido, y sé que no estoy solo.
"¡¡No me digas lo que no puedo hacer!!"
domingo, 20 de noviembre de 2011
El día después.
Publicado en Diario Jaén del día 18 de noviembre de 2011
Hoy, aunque todos apuren el vaso de la campaña electoral hasta la última hora, no seré yo el que intente convencerles sobre cual tiene que ser el sentido de su voto. Seguro que ya, la razón o el sentimiento habrán forjado en cada uno de nosotros una decisión o una indecisión. Pase lo que pase me interesa el día después, el lunes, y no lo digo por los cientos de testimonios felices o airados que escucharemos, dando traducción a los resultados electorales. Con todo respeto ante los que se expresen como su conciencia o razón les de a entender, explicando las claves del éxito o el fracaso, he de decir que no me interesa las opiniones sobre el pasado inmediato, o sea los resultados. El día después, aquel en el que nos preguntemos qué será de nosotros el día de mañana, tiene que venir preñado de promesas, deseos, afanes por realizar, tal vez sueños por vivir. Habremos de poner en juego todos nuestros activos personales, la situación no es para menos. Los políticos habrán de redoblar sus esfuerzos, pero también los expertos en economía, los emprendedores tendrán que estrujarse las meninges o sacar valor de donde lo hallen para que toda la trama productiva de nuestro país sea capaz de dar y sostener el bienestar de nuestro pueblo. No estará exento de responsabilidad el mundo de la ecología o el de cultura para hacernos reparar en el equilibrio y la belleza. Ni los que cultivan o profundizan en los valores de la justicia, la ética, la filosofía, la religión dejaran de esforzarse en vivir y a proponer formas que nos ayuden a superar la más nimia de las diferencias. Quizá todos los días debieran de ser lo mismo pero hay días que conviene recordarlo.
martes, 1 de noviembre de 2011
La cigarra y la hormiga.
La sabiduría popular se remite a cuentos y chascadillos para escudriñar, analizar, comprender la cruda realidad en la que estamos sumidos. Ella, esa rara sabiduría de dominio público, no sabe de políticas macroeconómicas, de engolados discursos del Presidente del FMI, ni de disertaciones de los/as Merkes y Sarkozy de turno. La vieja sabiduría, aquella a la que se refería el Quijote cuando hablaba de los proverbios como: “sentencias cortas extraídas de experiencia larga”, se remite en este caso a la vieja fábula de la hormiga y la cigarra. Mientras la cigarra dilapidaba el producto de la generosa naturaleza en tiempos de bonanza, la hormiguita laboriosa, guardaba sacrificada toda suerte de provisiones a la espera del amenazante, inevitable y cruel invierno. Posiblemente la vieja fábula en los tiempos de farsa continua (¿cuando no estamos en campaña electoral, por Dios?) se haga difícil de escenificar por lo desdibujado de los personajes, pero todo el mundo con más o menos acierto le pone rostro a las cigarras, animalitos que por otra parte –tal como aparecían en una no muy antigua película de dibujos animados- no sólo se dedicaban a esquilmar todo lo que alrededor encontraban sino que –además- robaban sin pudor ni compostura a las trabajadoras hormiguitas. Me sigue sacando de mis casillas cada vez que oigo esa indecente cantinela de “claro como hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” la crudeza del invierno es nuestro inevitable destino porque así nos lo hemos buscado. Ante tamaña sandez, mi pregunta siempre fue la misma ¿Y quién vivía por encima de sus posibilidades? Posiblemente más de un incauto así lo ha hecho, sin duda inducido por la detestable cigarra, bicho inmundo que campaba a sus anchas en los graneros de la banca, entre los insensatos, los mediocres, los desaprensivos que viven de la política, en definitiva de entre toda esa suerte de trileros, que digámoslo sin ambages, nos han estafado y robado el fruto de nuestro modesto trabajo. La hormiga, amable radio-oyente- somos tu y yo: modestos asalariados que administran su sacrificio diario por el bien común de su familia y el hormiguero.
(Colaboración del mes de octubre en SER Multimedia giennense)
sábado, 22 de octubre de 2011
El carrito de la compra.
martes, 4 de octubre de 2011
Grandes hombres
sábado, 27 de agosto de 2011
Se buscan líderes para nueva era.
viernes, 12 de agosto de 2011
Ciudad en llamas.
viernes, 22 de julio de 2011
Aviso a responsables de ONGs.
Sabed mis hermanos de tribulaciones que, cuando la tormenta arrecia y los océanos se muestras bravíos y el navío amenaza zozobra, las alimañas y los cobardes son los primeros en abandonar la cubierta. Aun con ello, ahí, no acabarán vuestros pesares. Bien es sabido que cobardía y avaricia suelen ir de la mano, y aquellos que huyeron dejando a su suerte al resto de la tripulación y a un atemorizado pasaje, intentarán ante la autoridad portuaria, denigrar vuestros nombres con insultos y mentiras y rapiñar la modesta carga salvada tras heroico esfuerzo. Dirán que tu los enrolaste con engaño sin recordar que se colaron furtivos por la sentina o suplicaron embarcar en vuestro navío, aduciendo con mentira poseer espíritu aventurero, el corazón solidario y en carne viva. Ojalá os libren los dioses de tan funesta experiencia, estábamos preparados para el rayo, la calma chicha, el hambre y la sed hasta -peor que mejor- las prolongadas ausencias de nuestros seres queridos pero nunca para la traición de aquellos con los que partiste el pan, incluso -ingenuamente- compartiste tu fe y tus sueños. En todo caso, sabed mis hermanos: estoy orgulloso de mi tripulación; son gente recia, abnegada y valerosa, sabedora que el pasaje depende de su aplomo y sacrificio. La confianza y la lealtad son su santo y seña e Ítaca su soñado destino. Salud hermanos, aguantad, seguid soñando y deseando un mundo mejor, aunque la miseria y la insolidaridad amenacen con hundiros. Jamás desfallecer, mantened el rumbo firme.
P.D. Otro día, en tono menos poético, hablaremos de la realidad y pondremos nombre a las amenazas.
viernes, 27 de mayo de 2011
La tibia frontera.
http://youtu.be/xuuoFVFOCi8
sábado, 30 de abril de 2011
Moviendo líneas fronterizas.
Siendo un modesto “opinador” de un digno diario de provincias, cualquier reflexión en voz alta que transcienda tu entorno próximo, te suele parecer toda una osadía, máxime cuando se trata de opinar sobre acontecimientos internacionales. Creo, no obstante, que los sucesos y los protagonistas de los mismos, nos deberían de interpelar y, cuanto menos, dedicarle una abstracción o una opinión o una expresión deliberada y generadora de estados de opinión.
A no muchos kilómetros de nuestra costa mediterránea se suceden centenares de acontecimientos que fluyen no sé si de forma espontánea o provocada y confluyen hacia nosotros. Abstraerse de esta realidad evidencia ignorancia, temeridad o quizá indolencia. Se aventuran riesgos al igual que oportunidades y, tanto para unos como para otros casos, deberíamos de estar preparados. Las sociedades del norte de África están plantando cara a sus gobernantes, cientos de miles de seres humanos demandan lo básico y en el paquete piden dignidad. Interpretar sus peticiones, acogerlas antes que otros iluminados (sean “amigos extravagantes” o integristas), dependerá muy mucho lo que ocurra en este patio de vecinos que es el Mediterráneo.
Hasta hace poco días, decían que Europea empezaba en los Pirineos. Algunos de nuestros propios compatriotas, repusieron la frontera en Andalucía; quizá por ello, nosotros los andaluces, tras haber pasado por marginaciones y discriminaciones, deberíamos de estar preparados para generar comprensión económica y social y "bajar las lineas fronterizas" más allá de la cordillera del Atlas y el desierto del Sáhara.
Tal como seguro habréis entendido, no se trata de expansiones políticas ni prevalencias de ningún tipo sino de poner a prueba la capacidad mutua de comprensión, de integración, de hermandad universal. ¿Un sueño? Tal vez, pero algunos sueños nos han de servir de inspiración para poner a prueba nuestra capacidad transformadora.
miércoles, 27 de abril de 2011
Por si vale algún consejo ante las elecciones
Network (1976)
La inmensa mayoría de mis amigos más jóvenes parecen decididos a no votar. El cabreo que tienen es mayúsculo y creo que no es muy difícil entenderlos. He oído algunas reflexiones y alguna que otra pregunta y resulta un tanto preocupante como se van forjando opiniones de sobre cual tiene que ser nuestra respuesta democrática.
A mi juicio, los más mayores -conscientes o inconscientemente- intentamos ejercer sobre ello una especie de chantaje emocional sobre sus obligaciones de participación en las urnas. No seré yo el que intente persuadirles sobre lo pertinaz o no de depositar un voto para alguna de las opciones posibles y menos aún, convencerlos sobre el “voto útil”. Ahora bien, en tiempos de publicidad arrolladora y -al parecer- determinante para que decidamos o tomemos opinión sobre cualquier cosa, y cuando digo cualquier cosa es: desde una pasta de dentífrico hasta precisamente una opción política; parece conveniente compartir alguna que otra idea. Y eso es lo que voy a hacer.
La primera cuestión. Una contienda electoral no es la final de la liga de fútbol donde se la juegan prácticamente siempre los mismos equipos y el resto espera su oportunidad. En el fútbol está muy hermoso eso de “manque pierda” , en la administración de un estado o de un pueblo, frivolidades pasionales las justas. Los partidos políticos debieran de ser expresiones materiales de lo ideológico pero no tienen ni la patente ni el monopolio de lo que son los grandes legados éticos que generaciones precedentes han ido construyendo con sudor y sangre. Por tanto libres somos de elegir aquello que entendamos conviene en un momento dado.
La segunda cuestión. Resulta conveniente pararse a pensar, puede parecer una perogrullada, pero mucho me temo que no es así. Yo lo haría sobre tres cuestiones:
a) La ideología. Sí, sí, ideología, les parecerá extraño pero lo primero que debemos de analizar antes de tomar nuestra decisión es observar la robustez, la consistencia, la solidez de la ideología que ampare a toda propuesta electoral. Posiblemente así nos ahorraremos alguna que otra sorpresa conducida por individuos de espurios propósitos que enmascaran sus intereses de forma populista. No me creo que sean necesarios muchos ejemplos. Por otra parte, cuando hablo de ideología intento distinguirla de marca. En estos último años mi capacidad de asombro ha sido una y mil veces superada al poder comprobar cómo individuos/as han ejercido funciones de responsabilidad institucional en representación de alguna marca electoral sin tener la más remota idea de la ideología a la que decían representar. Por tanto contrasten el nivel de encarnación de los candidatos con su pretendida ideología.
b) La gestión o la capacidad. No hablamos de Catedráticos en Derecho Internacional o Ingenieros en Física Cuántica, pero sí, al menos, alguna experiencia contrastada en la dirección de las personas, en la generación de ideas, en la capacidad de entusiasmar, de analizar, de administrar recursos, etc. Por desgracia es pura soberbia con la que nos solemos topar, o irresponsabilidad o torpeza. Llevo más de 30 años viendo y oyendo, a lo más, a aspirantes frustrados a funcionarios y pocos políticos intuitivos o con casta. He visto a presidentes de comunidad de vecinos que tenían más capacidad, sentido común y por supuesto, espíritu de sacrificio que muchos de los guapitos/as de cara que aparecen como gestores en la administración pública. Otro detalle, desconfíen de los que de forma gratuita se emplean en criticar a los empleados públicos, la mayoría de las veces lo único que pretende es camuflar sus múltiples carencias. Y otro más, igualmente no se fíen de aquellos que necesitan de supergabinetes de comunicación. Por tanto, segunda cuestión, infórmense de la capacidad de gestión, de su experiencia contrastada en lo social, en lo civil, en lo profesional, en lo político. Estamos en el límite de los límites, ¡ya está bien de listos! Busquemos personas inteligentes.
c) La honestidad. Los americanos les suelen dar un valor extremo a esta cuestión a la hora de elegir a sus políticos. La cuestión ideológica, aún a pesar de las marcadas diferencias entre conservadores y republicanos, es algo poco apreciable por ellos. Respecto a la capacidad de gestión, saben que en campaña todos prometen maravillas y que la posibilidad de hacer cosas depende más de su capacidad de negociación que de la gestión propiamente dicha. Finalmente, presumen de ser treméndamente escrupulosos a la hora de elegir sus políticos. Así, estos últimos, se cuidan muy mucho de que en campaña no asome ni el más minúsculo de los escándalos y se muestran y airean hasta el hartazgo en los estandares de ciudadano medio: casado, hijos, va al culto al que pertenezca, no tiene ni sombra de antecedentes penales o morales, etc. En nuestro país parece que la corriente no va por ahí, los políticos pueden estar bajo sospecha o salpicados de toda clase de escándalos económicos, éticos o morales que, a la postre, parece que nunca pasa nada. Un ejemplo (pongamos a un vecino para no mosquear a nadie), el Sr. Berlusconi pretende hacernos creer que nada tiene que ver la política y su vida personal, incluso muestra indignación ante quienes le acusan de su más que sospechosa vida íntima y de negocios. Sobre este particular y para terminar, sólo me resta decir una cosa, un político ejerce una doble función, una de ellas, sin duda es llevar a cabo la gestión del programa con el que se comprometa, pero incluso por delante de esta función está la de carácter pedagógico o ejemplarizante, la de ser líder convincente, la de ser referente moral y ético. En fin, la tercera cuestión que en ordinal debe ser la primera, tiene que ser siempre dejarse liderar por una buena persona.
Termino como con aquél anuncio de los noventa: “busque, compare y si encuentra algo bueno.... ¡por favor cuénteselo a todos!
lunes, 21 de marzo de 2011
El río
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jueves, 17 de marzo de 2011
La búsqueda.
domingo, 6 de marzo de 2011
EL RUIDO
En un reciente viaje a la ciudad de Gdansk (Polonia), entre algunas de las cosas que me han sorprendido, ha sido su casi inaudible sonoridad salvo el crujir de la nieve al pisarla. Las ciudades españolas, todas tienen sus sonidos que las distingue y/o caracterizan. No solo es cosa de decibelios del ruido de los vehículos o del conjunto de actividades que propician cientos de sonidos (por ejemplo un carro de caballos o la sirena de un puerto), es la propia presencia humana y su continuo “bulle bulle”; todo ese conjunto que imprime carácter y distingue a una ciudad de otra.
En cualquiera de los casos, esta experiencia me ha permitido reflexionar sobre ese otro tipo de ruido casino que nos acompaña sin piedad alguna a lo largo de la jornada y del que parece estamos condenados a percibir –que no a escuchar- de forma permanente. Me refiero a la retahíla de vaciedades, promesas vanas, recriminaciones mutuas, “jijis y jajas” varios, incongruencias, insultos a la inteligencia y todo un listado inmerecido de ruidos cuyo único cometido es soliviantar o adormecer a nuestros sufridos sentidos y reducirnos a meros comparsas o tristes espectadores de una farsa que sólo engorda al comediante. Acostumbrados como estamos a tan cotidiano ruido, lo hemos encajado como algo natural, sólo cuando tomas distancia te das cuenta de la contaminación a la que estamos expuestos. Y la contaminación no es nada bueno, corroe de manera imperceptible nuestras vidas, las somete sin darnos cuenta, nos hace dependientes. Seguro, nos hace falta cierta dosis de silencio balsámico y hacer oídos sordos a tanta manipulación-contaminación.
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jueves, 10 de febrero de 2011
Quienes somos la red
viernes, 4 de febrero de 2011
La flores del almendro.
Los últimos días de enero, en circunstancias de ordinario, los almendros florecen causando una natural fascinación. Pocos saben que en estas fechas, es costumbre desde antiguo -especialmente en el medio rural- regalar a la mujer amada un ramito de flores de almendro. De esos hombres rudos, tímidos, rústicos y de manos encallecidas salían las más bellas declaraciones de amor sin palabras. “La primera flor con la que se ilumina la primavera eres tú”. “Eres la luz, el color, el aroma, la flor que rompe con el duro invierno, con la tristeza, la soledad y anuncia una nueva primavera en mi vida”. Cuatro pequeñas y frágiles florecillas contenían más honestidad, amor y pasión que la más cara y exótica de las orquídeas u obligado regalo del “San Valentín de los Grandes Almacenes”.
Aún andamos de duelo por los tres recientes asesinatos perpetrados sobre mujeres. Mensajes de indignación, dolor y repulsa se repiten por doquier. Con razón. Pero tras recobrar un poco el sosiego, da la impresión de la sola existencia de gente que intenta defender de manera numantina la razón de una institución pública, una ideología política e incluso ciertas actitudes de androfobia. El resto guarda silencio. A mi juicio, y siendo políticamente correcto, una gran mayoría de hombres y mujeres se aman, y del amor que se profesan forman proyectos de vida en común, crían hijos, sostienen familias y vertebran sociedad. El potencial familiar es valiosisimo, profundizar en los secretos de la convivencia, ponerlos en valor, edificarlos y enseñarlos a nuestros hijos e hijas será el mejor de los instrumentos para luchar contra los desalmados. Regala una ramita de almendro, sin palabras, sólo con brillo en los ojos. ¡Venga hombre! Va por ellas.
jueves, 13 de enero de 2011
Una antigua presentación de power point con plena vigencia
Agradecido a todos los artistas de las imagenes.
viernes, 7 de enero de 2011
2010. El año en el que perdimos la inocencia.
Fue el año en el que descubrimos que tras pagar las deudas de las entidades financieras dijeron que las arcas del estado no estaban para cubrir previsiones de futuro y deberíamos de cubrir los agujeros los asalariados. Fue el año en el que periodistas de postín con regodeo y desdén hacían chufla de la clase trabajadora. Fue el año en el que esos mismos comunicadores que se autodenominaban progresistas les cambiaban la cabecera a sus empresas sin que nadie los echara de menos. Fue el año de los trileros de lujo, los que con una mano nos enseñaban el sonajero y con la otra metían mano a nuestra pobre cartera.
Fue el año de la quintaesencia del individualismo, en la que algunos se desgañitaban hablando de derechos individuales mientras se olvidaban que lo que queríamos es ser personas. Fue el año en el que anatemizaron de las religiones pero a nadie se le ocurrió hacer la más mínima propuesta de compostura ética alternativa. Fue el año de las imposturas: ahora tenga hijos, ahora no; ahora bienvenidos los inmigrantes, ahora no; ahora tomen y gasten ahora no; ahora paguemos por dispensar atención a los dependientes, ahora no. Fue el año de la ruina de pequeñas empresas locales, fue el año de la pobreza de muchas familias, fue un año triste, aunque algunos con sus kilos de maquillaje dispensados por sus asesores de imagen, reían, sonreían y se carcajeaban a veces, incluso, con sonrisa amenazante. Fue el año en el que, encima, tuvimos que aguantar aquello de “es que vivíamos por encima de nuestras posibilidades”, y por más que intentamos hacer memoria no recordábamos la última vez que nos compramos unos zapatos nuevos.
Pero también fue el año en el que la solidaridad comenzó a renacer por debajo y los mas humildes aprendieron a darse la mano, los esposos a superar su individualismo de sexo y se centraron a ser uno, los hijos a aplicarse ilusionados por construir el futuro y vivir con la mirada puesta más allá del presente, los vecinos a confiar en los vecinos, las personas empredieron proyectos juntos. Sólo aquellos que a diario nos preferían sectarios, sus filas se vieron mermadas. Fue el año que perdimos la inocencia y descubrimos que no podíamos vivir sin ingenuidad.
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