Al principio...


Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.



lunes, 26 de diciembre de 2011

2012, solo para superhéroes

Solemos los finales de año recapitular sobre los mismos. El ejercicio es saludable, posiblemente nos ayude a no cometer los mismos errores, y digo posiblemente porque entiendo que aciertos y errores no necesariamente están ligados a la bondad o la maldad de nuestras acciones. Visto así, posiblemente la condescendencia para sí y para con los otros sea más virtud que desatino. Por tanto, sometido a examen este último año me califico con un "progresa adecuadamente", aunque si me preguntara hacia dónde, no sé que respuesta he de dar. Así que prefiero encarar el futuro, si no con renovado optimismo si que con apreciable interés. Me da que sobre el año 2012 se han conjurado ancestros y coetáneos. Sí, ya sabéis, las historias esa de los Mayas y las que nos cuentan los analistas políticos y económicos de la actualidad, por lo que ante tanta película y series de terror, me apunto al carro de los superhéroes. 

Este próximo año todos hemos de sumarnos a esa familia de personajes extravagantes (no porque lleven los calzoncillos por fuera y las chicas tengan un genio del carajo) que acumulan para sí, desde la "a" a la "z" todo el diccionario de conflictos emocionales suscrito por los loqueros del mundo y aún a pesar de ello, cuando la humanidad entera se ve amenazada se revuelven hasta la extenuación. Sí, lo confieso soy un "chalao" de los comic de Marvel. En estos últimos años mis héroes de los 70 han ocupado las pantallas: Thor, el Capitán América, la Patrulla X, el Hombre de Hierro, Estela Plateada, Dan Defensor, los 4 Fantásticos, etc. (lo siento al margen de no saber ingles, así se llamaban en mis tiempos mozos), por desgracia, nuestras principales amenazas no han sido derrotadas. Ya veis, 2012 acongoja pero mucho. Ahora bien, venga, preocupémonos lo justo, este próximo año se estrena: Los Vengadores (The Avengers), el no va más, los personajes más superhéroes juntos. ¡Que tiemble la crísis y los supervillanos). 

 Mi último párrafo iba a empezarlo con "bueno, en serio", pero no, es que voy en serio. Tenemos que recuperar a toda costa nuestra capacidad de ensoñación, nuestra ganas de vivir, nuestro espíritu combativo, de sacrificio, de entrega por causas perdidas, tenemos que vencer miedos, pudores y complejos. Tenemos que, claro está, recuperar nuestra confianza en el equipo y, creer, mantener la convicción que juntos, viñeta a viñeta, día a día, podemos hacer otro mundo posible. ¡¡Venga ánimo!! ¡Tampoco os he pedido que os pongais los calzoncillos por fuera ni a los calvos -como yo- peluca rubia! Que tengáis un magnifico año.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Perdidos.

¿Recuerdas la serie de televisión emitida hace algunos años titulada Perdidos?. Un accidente aéreo deja a decenas de supervivientes en una isla misteriosa donde el tiempo no parece regirse por regla alguna, dónde los personajes escenifican distintas variables de sí mismo y una constante aureola de misterio envuelve y amenaza su cotidiana supervivencia.


Nuestro diario acontecer parece el guión de un capítulo más de la serie. No sé si por culpa de accidente casual o atentado, la vida, tal como la conocíamos se ha roto en mil pedazos, el confort de la nave con destino o rumbo fijo se ha truncado por una inhóspita existencia y demonios en las obscuridades que obedecen a nombres como depresión, decrecimiento, descrédito, desesperanza acechan amenazantes nuestra frágil existencia.


Como en cientos de catástrofes, villanía y heroicidad se dará por igual. Estamos solos y sólo podemos confiar en nosotros mismos. Un dato curioso de la serie de Perdidos es que ninguno de los personajes supervivientes formaban parte de la tripulación, de aquellos que gobernaban, marcaban el rumbo y hasta decidían el minuto a minuto del pasaje: hora de comer, atienda instrucciones, abróchense los cinturones, les recomendamos estos productos.


El diario capítulo de nuestras vidas, hoy, nos obliga a redefinir nuestros personajes, posiblemente a rebuscar en lo más profundo de nuestro ser, ese perfil heroico, rebelde, proactivo, solidario, que busca y se compromete con la familia superviviente, que desprecia la tentación de vivir bajo la forma de cualquier ente parasitario, abúlico o cobarde, que genera proyectos para el futuro, que regenera una forma nueva e ilusionante de vivir, e inyecta esperanza y recrea oportunidades para generaciones venideras.

¿Mucha tarea? Quizá, mientras tanto hagámoslo, no vaya a ser que llegue el concluir de la serie y descubramos que estamos muertos, no será así, ya siento el fragor de mil batallas y la placidez del descanso y ocio compartido, y sé que no estoy solo.

"¡¡No me digas lo que no puedo hacer!!"

domingo, 20 de noviembre de 2011

El día después.


Publicado en Diario Jaén del día 18 de noviembre de 2011

Hoy, aunque todos apuren el vaso de la campaña electoral hasta la última hora, no seré yo el que intente convencerles sobre cual tiene que ser el sentido de su voto. Seguro que ya, la razón o el sentimiento habrán forjado en cada uno de nosotros una decisión o una indecisión. Pase lo que pase me interesa el día después, el lunes, y no lo digo por los cientos de testimonios felices o airados que escucharemos, dando traducción a los resultados electorales. Con todo respeto ante los que se expresen como su conciencia o razón les de a entender, explicando las claves del éxito o el fracaso, he de decir que no me interesa las opiniones sobre el pasado inmediato, o sea los resultados. El día después, aquel en el que nos preguntemos qué será de nosotros el día de mañana, tiene que venir preñado de promesas, deseos, afanes por realizar, tal vez sueños por vivir. Habremos de poner en juego todos nuestros activos personales, la situación no es para menos. Los políticos habrán de redoblar sus esfuerzos, pero también los expertos en economía, los emprendedores tendrán que estrujarse las meninges o sacar valor de donde lo hallen para que toda la trama productiva de nuestro país sea capaz de dar y sostener el bienestar de nuestro pueblo. No estará exento de responsabilidad el mundo de la ecología o el de cultura para hacernos reparar en el equilibrio y la belleza. Ni los que cultivan o profundizan en los valores de la justicia, la ética, la filosofía, la religión dejaran de esforzarse en vivir y a proponer formas que nos ayuden a superar la más nimia de las diferencias. Quizá todos los días debieran de ser lo mismo pero hay días que conviene recordarlo.



martes, 1 de noviembre de 2011

La cigarra y la hormiga.


La sabiduría popular se remite a cuentos y chascadillos para escudriñar, analizar, comprender la cruda realidad en la que estamos sumidos. Ella, esa rara sabiduría de dominio público, no sabe de políticas macroeconómicas, de engolados discursos del Presidente del FMI, ni de disertaciones de los/as Merkes y Sarkozy de turno. La vieja sabiduría, aquella a la que se refería el Quijote cuando hablaba de los proverbios como: “sentencias cortas extraídas de experiencia larga”, se remite en este caso a la vieja fábula de la hormiga y la cigarra. Mientras la cigarra dilapidaba el producto de la generosa naturaleza en tiempos de bonanza, la hormiguita laboriosa, guardaba sacrificada toda suerte de provisiones a la espera del amenazante, inevitable y cruel invierno. Posiblemente la vieja fábula en los tiempos de farsa continua (¿cuando no estamos en campaña electoral, por Dios?) se haga difícil de escenificar por lo desdibujado de los personajes, pero todo el mundo con más o menos acierto le pone rostro a las cigarras, animalitos que por otra parte –tal como aparecían en una no muy antigua película de dibujos animados- no sólo se dedicaban a esquilmar todo lo que alrededor encontraban sino que –además- robaban sin pudor ni compostura a las trabajadoras hormiguitas. Me sigue sacando de mis casillas cada vez que oigo esa indecente cantinela de “claro como hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” la crudeza del invierno es nuestro inevitable destino porque así nos lo hemos buscado. Ante tamaña sandez, mi pregunta siempre fue la misma ¿Y quién vivía por encima de sus posibilidades? Posiblemente más de un incauto así lo ha hecho, sin duda inducido por la detestable cigarra, bicho inmundo que campaba a sus anchas en los graneros de la banca, entre los insensatos, los mediocres, los desaprensivos que viven de la política, en definitiva de entre toda esa suerte de trileros, que digámoslo sin ambages, nos han estafado y robado el fruto de nuestro modesto trabajo. La hormiga, amable radio-oyente- somos tu y yo: modestos asalariados que administran su sacrificio diario por el bien común de su familia y el hormiguero.

(Colaboración del mes de octubre en SER Multimedia giennense)

sábado, 22 de octubre de 2011

El carrito de la compra.

Hace pocos días mientras feliz saboreaba mi café matutino, una joven pareja y sus dos hijos caminaban hacia el mercado arropando con mimo el carrito de la compra. Al pasar por la cafetería en la que me encontraba, uno de los niños dijo voz en alto “¿a que mi papa cuando cobre a final de mes nos va a comprar unos churritos?”. ¿Cómo? Enseguida la cafeína comenzó a hacer sus efectos. Un niño de seis u ocho años, por lo general debiera ser caprichoso y exigente, pero este no, posponía su deseo al final del mes. Un niño que no pedía chucherías u otro capricho infantil, su felicidad estribaba en ver a la familia comiéndose unos churritos. Un niño con la mesura y sensatez suficiente como para saber que su deseo tenía que esperar. Un niño que aún a pesar de su sometida frustración miraba con admiración y cariño a su padre, aquel que le iba a satisfacer sus deseos. Un niño desde su ingenuidad proclamando a voz en grito su certeza, tal vez para que mejor penetrara en el ánimo de su hermano. Iban bien vestiditos, a esas horas tenían que estar en el colegio, sus jóvenes padres también -a esas horas- deberían estar trabajando. Deberían. Desearían. Juntos, alrededor de un carrito de la compra, caminan hacia el mercado, es posible que de nuevo el niño vuelva a repetir “¿A que mi papa cuando cobre nos va a comprar ....? Es posible que las escasas monedas que se atesoran en sus humildes bolsillos estiren gracias a la generosidad de algún vendedor. Solo les queda eso, estar juntos. y así lo hacen, alrededor de un humilde carrito de la compra que añora vacío tiempos de mejor fortuna.

martes, 4 de octubre de 2011

Grandes hombres

En días pasados me enteraba de la noticia de la jubilación del sacerdote Ramón López Pozas. Me emocionó. El recuerdo de su rostro me hizo regresar tiempo atrás con nostalgia. Décadas de los 70 y 80. Este, un servidor, por aquellos entonces un jovencito, tuvo el privilegio de ser forjado -entre otros- por algunos grandes hombres. En esta cita, mi deseo, es mencionar a cuatro curas instalados precisamente entre los 70 y los 80 años, me refiero al mencionado Ramón López, Manuel Peña, Tomás Colmenero y Bernardo Velasco. Unos, casi un paso fugaz en mi vida y otros más instalados en el tiempo, como el caso de Bernardo que me acompañara en el entierro de mi padre, fuera testigo de excepción en mi matrimonio e incluso bautizara a mis tres hijos. En fin, que cuando recapitulo sobre mi existencia, no puedo por más que hacerlo con los ojos húmedos y agradecido por aquellos que se dejaron parte de sí en mí y a cambio nada pidieron. Si tuviera que distinguir en ellos virtudes comunes, diría: su honestidad, su pasión, su entrega y entre las salpicadas a unos y otros: la humildad, la socarronería, una brillante inteligencia o una delicada expresión de piedad. Todas ellas contribuyendo a edificar sus envidiables y personales “fe´s”. Hombres que han manifestado sin ocultar todas sus aristas y su humana naturaleza con esplendor y con sencillez. Hombres que sin pretenciosidad alguna, contribuyeron y siguen contribuyendo en la forja de otros hombres y mujeres de los que se espera colaboren en la construcción de un mundo más justo, más honesto, más pacífico. Por extraño que suene, así de sencillo.

sábado, 27 de agosto de 2011

Se buscan líderes para nueva era.


Antes que después todo termina por agostarse y los indicios son altamente preocupantes. No creo que ya, haya llegado la hora en la que nuestro paciente planeta tierra sea incapaz de atender nuestras necesidades. Una simbiosis no exenta de dolor nos acompaña desde el principio de los tiempos a hombre y Tierra. Esta se ofrece generosa pero nos reclama esfuerzo, sacrificio, inventiva, sabiduría y gratitud. El amor está exento de esta relación, porque el amor no se exige se ofrece desinteresadamente. Ante esta perspectiva de abundancia, cualquier espectador alejado de nuestro globo terráqueo, le sorprendería las infinitas carencias de algunos pueblos, la belicosidad, la soberbia, enormes diferencias que ensombrecen la vida de los seres humanos. De nuevo un país de África hace que el rubor, la vergüenza se instale en nuestros rostros como signo de culpa. Y de nuevo se escribirán promesas en grandes titulares acompañados de letra chica más propia de la misiva de un secuestro o un chantaje. En este nuestro Jaén vivimos sumidos en nuestras propias angustias –que no son pocas- pero a pesar de ello no somos indiferentes a los agudos dolores de las terribles hambrunas. Aún así, nuestra impotencia y nuestra rabia se hace patente ante la falta de trabajo que nos permita sobrevivir sino, además, ser solidarios de forma efectiva. Aquella antigua maldición divina, hoy es objeto de deseo y veneración: trabajo, y hoy, más que nunca, se buscan líderes o dirigentes que rebosen ideas, que contagien optimismo, que transluzcan honestidad y se conduzcan por amor.

viernes, 12 de agosto de 2011

Ciudad en llamas.


No hace falta nada más que una pequeña cerilla para que un pavoroso incendio arrase miles y miles de hectáreas. No hace falta nada más que un casi imperceptible acontecimiento para que la indignación, la ira o expresiones mas radicales de vandalismo se extienda de forma inesperada en cualquiera de nuestras ciudades europeas o de otros continentes. Tras el –a veces- dramático o luctuoso acontecimiento hay de los que se quedan analizando o recriminando a las víctimas o a los protagonistas de los sucesos. Así todo una suerte de descalificativos (posiblemente con razón) se desparraman cual vómito intentando contraponer a la ira con más ira. Los últimos sucesos del Reino Unido, bien pueden pasar en cualquier parte, incluidas alguna ciudad de nuestro suelo patrio. Sólo hace falta un detonante, a veces casual, para que la violencia se apodere de barrios aparentemente tranquilos aunque con reconocida tensión. A lo que voy, no pretendo justificar ni disculpar actos vandálicos ni a los que ejercen de vándalos; ahora bien, en un incendio, sin duda alguna la cerilla tiene su intervención, pero la rápida propagación y la causa del desastre la origina la ausencia de las medidas preventivas necesarias (limpieza del bosque, cortafuegos, etc). Sería una solemne majadería echarle la culpa a los árboles porque están muy secos o a los pastos que crecen desordenadamente a su alrededor. Por eso cuando veo al primer ministro ingles o a cualquier otro español criminalizar a los que sufren la sequía y el abandono, se me recuecen las entrañas.

Publicado en Diario Jaén 12/08/2011

viernes, 22 de julio de 2011

Aviso a responsables de ONGs.


Sabed mis hermanos de tribulaciones que, cuando la tormenta arrecia y los océanos se muestras bravíos y el navío amenaza zozobra, las alimañas y los cobardes son los primeros en abandonar la cubierta. Aun con ello, ahí, no acabarán vuestros pesares. Bien es sabido que cobardía y avaricia suelen ir de la mano, y aquellos que huyeron dejando a su suerte al resto de la tripulación y a un atemorizado pasaje, intentarán ante la autoridad portuaria, denigrar vuestros nombres con insultos y mentiras y rapiñar la modesta carga salvada tras heroico esfuerzo. Dirán que tu los enrolaste con engaño sin recordar que se colaron furtivos por la sentina o suplicaron embarcar en vuestro navío, aduciendo con mentira poseer espíritu aventurero, el corazón solidario y en carne viva. Ojalá os libren los dioses de tan funesta experiencia, estábamos preparados para el rayo, la calma chicha, el hambre y la sed hasta -peor que mejor- las prolongadas ausencias de nuestros seres queridos pero nunca para la traición de aquellos con los que partiste el pan, incluso -ingenuamente- compartiste tu fe y tus sueños. En todo caso, sabed mis hermanos: estoy orgulloso de mi tripulación; son gente recia, abnegada y valerosa, sabedora que el pasaje depende de su aplomo y sacrificio. La confianza y la lealtad son su santo y seña e Ítaca su soñado destino. Salud hermanos, aguantad, seguid soñando y deseando un mundo mejor, aunque la miseria y la insolidaridad amenacen con hundiros. Jamás desfallecer, mantened el rumbo firme.

P.D. Otro día, en tono menos poético, hablaremos de la realidad y pondremos nombre a las amenazas.

viernes, 27 de mayo de 2011

La tibia frontera.

Llegado el caso en el que todos, absolutamente todos participáramos del convencimiento que todos los políticos son honrados y que sus intereses pretende el bien común por encima del interés personal o sectario, es de imaginar que los ciudadanos recuperaríamos la estima por la acción política. Si ese momento llegara, nuestros sistemas de evaluación del juego democrático se centraría en la capacidad de perfeccionar o intervenir en aquello que supuestamente ha distinguido, histórica y tradicionalmente, a las bancadas azules de las rojas: los acentos o la confianza en la iniciativa privada o la robustez del sistema público. En las tibias fronteras que separan las opciones, todos presumen o reconocen la necesidad de forjar buenos sistemas de protección social al igual que apoyar y estimular los modos productivos que generan las iniciativas privadas. Dichos elementos en dosis diferenciadas se suponen que habrían de ser los que configuran las marcas de distinción de las ofertas en nuestro sistema democrático. Errores y aciertos en la gestión con las improntas referidas, serían los únicos factores determinante para el ejercicio del voto, aunque me temo que se ha instalado entre nosotros, por motivos que estarían de sobra comentar, el recelo y la desconfianza. Nuestros jóvenes no se creen nada y los adultos nos estamos instalando en el escepticismo. Preocupante para un país que necesita de toda la fe, la inteligencia, la voluntad y el entusiasmo para progresar.

http://youtu.be/xuuoFVFOCi8

sábado, 30 de abril de 2011

Moviendo líneas fronterizas.

(Publicado en Diario Jaén, 29 de abril de 2011)

Siendo un modesto “opinador” de un digno diario de provincias, cualquier reflexión en voz alta que transcienda tu entorno próximo, te suele parecer toda una osadía, máxime cuando se trata de opinar sobre acontecimientos internacionales. Creo, no obstante, que los sucesos y los protagonistas de los mismos, nos deberían de interpelar y, cuanto menos, dedicarle una abstracción o una opinión o una expresión deliberada y generadora de estados de opinión.

A no muchos kilómetros de nuestra costa mediterránea se suceden centenares de acontecimientos que fluyen no sé si de forma espontánea o provocada y confluyen hacia nosotros. Abstraerse de esta realidad evidencia ignorancia, temeridad o quizá indolencia. Se aventuran riesgos al igual que oportunidades y, tanto para unos como para otros casos, deberíamos de estar preparados. Las sociedades del norte de África están plantando cara a sus gobernantes, cientos de miles de seres humanos demandan lo básico y en el paquete piden dignidad. Interpretar sus peticiones, acogerlas antes que otros iluminados (sean “amigos extravagantes” o integristas), dependerá muy mucho lo que ocurra en este patio de vecinos que es el Mediterráneo.

Hasta hace poco días, decían que Europea empezaba en los Pirineos. Algunos de nuestros propios compatriotas, repusieron la frontera en Andalucía; quizá por ello, nosotros los andaluces, tras haber pasado por marginaciones y discriminaciones, deberíamos de estar preparados para generar comprensión económica y social y "bajar las lineas fronterizas" más allá de la cordillera del Atlas y el desierto del Sáhara.

Tal como seguro habréis entendido, no se trata de expansiones políticas ni prevalencias de ningún tipo sino de poner a prueba la capacidad mutua de comprensión, de integración, de hermandad universal. ¿Un sueño? Tal vez, pero algunos sueños nos han de servir de inspiración para poner a prueba nuestra capacidad transformadora.

miércoles, 27 de abril de 2011

Por si vale algún consejo ante las elecciones

Network (1976)

La inmensa mayoría de mis amigos más jóvenes parecen decididos a no votar. El cabreo que tienen es mayúsculo y creo que no es muy difícil entenderlos. He oído algunas reflexiones y alguna que otra pregunta y resulta un tanto preocupante como se van forjando opiniones de sobre cual tiene que ser nuestra respuesta democrática.

A mi juicio, los más mayores -conscientes o inconscientemente- intentamos ejercer sobre ello una especie de chantaje emocional sobre sus obligaciones de participación en las urnas. No seré yo el que intente persuadirles sobre lo pertinaz o no de depositar un voto para alguna de las opciones posibles y menos aún, convencerlos sobre el “voto útil”. Ahora bien, en tiempos de publicidad arrolladora y -al parecer- determinante para que decidamos o tomemos opinión sobre cualquier cosa, y cuando digo cualquier cosa es: desde una pasta de dentífrico hasta precisamente una opción política; parece conveniente compartir alguna que otra idea. Y eso es lo que voy a hacer.

La primera cuestión. Una contienda electoral no es la final de la liga de fútbol donde se la juegan prácticamente siempre los mismos equipos y el resto espera su oportunidad. En el fútbol está muy hermoso eso de “manque pierda” , en la administración de un estado o de un pueblo, frivolidades pasionales las justas. Los partidos políticos debieran de ser expresiones materiales de lo ideológico pero no tienen ni la patente ni el monopolio de lo que son los grandes legados éticos que generaciones precedentes han ido construyendo con sudor y sangre. Por tanto libres somos de elegir aquello que entendamos conviene en un momento dado.

La segunda cuestión. Resulta conveniente pararse a pensar, puede parecer una perogrullada, pero mucho me temo que no es así. Yo lo haría sobre tres cuestiones:

a) La ideología. Sí, sí, ideología, les parecerá extraño pero lo primero que debemos de analizar antes de tomar nuestra decisión es observar la robustez, la consistencia, la solidez de la ideología que ampare a toda propuesta electoral. Posiblemente así nos ahorraremos alguna que otra sorpresa conducida por individuos de espurios propósitos que enmascaran sus intereses de forma populista. No me creo que sean necesarios muchos ejemplos. Por otra parte, cuando hablo de ideología intento distinguirla de marca. En estos último años mi capacidad de asombro ha sido una y mil veces superada al poder comprobar cómo individuos/as han ejercido funciones de responsabilidad institucional en representación de alguna marca electoral sin tener la más remota idea de la ideología a la que decían representar. Por tanto contrasten el nivel de encarnación de los candidatos con su pretendida ideología.

b) La gestión o la capacidad. No hablamos de Catedráticos en Derecho Internacional o Ingenieros en Física Cuántica, pero sí, al menos, alguna experiencia contrastada en la dirección de las personas, en la generación de ideas, en la capacidad de entusiasmar, de analizar, de administrar recursos, etc. Por desgracia es pura soberbia con la que nos solemos topar, o irresponsabilidad o torpeza. Llevo más de 30 años viendo y oyendo, a lo más, a aspirantes frustrados a funcionarios y pocos políticos intuitivos o con casta. He visto a presidentes de comunidad de vecinos que tenían más capacidad, sentido común y por supuesto, espíritu de sacrificio que muchos de los guapitos/as de cara que aparecen como gestores en la administración pública. Otro detalle, desconfíen de los que de forma gratuita se emplean en criticar a los empleados públicos, la mayoría de las veces lo único que pretende es camuflar sus múltiples carencias. Y otro más, igualmente no se fíen de aquellos que necesitan de supergabinetes de comunicación. Por tanto, segunda cuestión, infórmense de la capacidad de gestión, de su experiencia contrastada en lo social, en lo civil, en lo profesional, en lo político. Estamos en el límite de los límites, ¡ya está bien de listos! Busquemos personas inteligentes.

c) La honestidad. Los americanos les suelen dar un valor extremo a esta cuestión a la hora de elegir a sus políticos. La cuestión ideológica, aún a pesar de las marcadas diferencias entre conservadores y republicanos, es algo poco apreciable por ellos. Respecto a la capacidad de gestión, saben que en campaña todos prometen maravillas y que la posibilidad de hacer cosas depende más de su capacidad de negociación que de la gestión propiamente dicha. Finalmente, presumen de ser treméndamente escrupulosos a la hora de elegir sus políticos. Así, estos últimos, se cuidan muy mucho de que en campaña no asome ni el más minúsculo de los escándalos y se muestran y airean hasta el hartazgo en los estandares de ciudadano medio: casado, hijos, va al culto al que pertenezca, no tiene ni sombra de antecedentes penales o morales, etc. En nuestro país parece que la corriente no va por ahí, los políticos pueden estar bajo sospecha o salpicados de toda clase de escándalos económicos, éticos o morales que, a la postre, parece que nunca pasa nada. Un ejemplo (pongamos a un vecino para no mosquear a nadie), el Sr. Berlusconi pretende hacernos creer que nada tiene que ver la política y su vida personal, incluso muestra indignación ante quienes le acusan de su más que sospechosa vida íntima y de negocios. Sobre este particular y para terminar, sólo me resta decir una cosa, un político ejerce una doble función, una de ellas, sin duda es llevar a cabo la gestión del programa con el que se comprometa, pero incluso por delante de esta función está la de carácter pedagógico o ejemplarizante, la de ser líder convincente, la de ser referente moral y ético. En fin, la tercera cuestión que en ordinal debe ser la primera, tiene que ser siempre dejarse liderar por una buena persona.

Termino como con aquél anuncio de los noventa: “busque, compare y si encuentra algo bueno.... ¡por favor cuénteselo a todos!


lunes, 21 de marzo de 2011

El río

Primero -quizá- lo prosaico. A pocos kilómetros de la ciudad de Jaén, en un paraje llamado Puente de la Sierra, se desliza mansamente un humilde río. Siendo pequeño, no tenía nombre, era sencillamente el río. Al igual que un destartalado autobús que nos aproximaba era sencillamente el coche. En los torridos domingos del veranos, de nuestra ciudad, decenas de familias bajaban al río. Cajas de cerveza, algún que otro refresco, sandías y otras delicias esperaban sumergidas en el lecho del río, mientras los niños alborotaban en las represas que con piedras y troncos habían construido expertas y rudas manos. Las madres con los pañuelos en la cabeza miraban con mimo a su prole mientras los padres aparentaban ser expertos nadadores en chilanquillos que no sobrepasaba su altura pero si la de los pequeños. Tardes felices a la sombra de las choperas, algún adulto sorprendía haciendo sonar una flauta de una caña recién cortada. La jornada terminaba cuando el único y envidiado transistor del paraje llenaba el aire de "carrusel deportivo", entonces, hacíamos de nuevo camino para encontrarnos con el coche que nos esperaba en el portazgo.

Segundo. Sobre este río de mi infancia he querido recrear alguna lectura de mi juventud: "Ilusiones" de Richard Bach, más conocido por su libro "Juan Salvador Gaviota" . Quizá en este tiempo nos haga falta recobrar algo de la ingenua osadía del personaje de Ilusiones.



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jueves, 17 de marzo de 2011

La búsqueda.

Posiblemente algo tendrá que ver con algún mítico viaje, algunos de mis amigos o lectores sabrán a que me refiero.



domingo, 6 de marzo de 2011

EL RUIDO


En un reciente viaje a la ciudad de Gdansk (Polonia), entre algunas de las cosas que me han sorprendido, ha sido su casi inaudible sonoridad salvo el crujir de la nieve al pisarla. Las ciudades españolas, todas tienen sus sonidos que las distingue y/o caracterizan. No solo es cosa de decibelios del ruido de los vehículos o del conjunto de actividades que propician cientos de sonidos (por ejemplo un carro de caballos o la sirena de un puerto), es la propia presencia humana y su continuo “bulle bulle”; todo ese conjunto que imprime carácter y distingue a una ciudad de otra.


En cualquiera de los casos, esta experiencia me ha permitido reflexionar sobre ese otro tipo de ruido casino que nos acompaña sin piedad alguna a lo largo de la jornada y del que parece estamos condenados a percibir –que no a escuchar- de forma permanente. Me refiero a la retahíla de vaciedades, promesas vanas, recriminaciones mutuas, “jijis y jajas” varios, incongruencias, insultos a la inteligencia y todo un listado inmerecido de ruidos cuyo único cometido es soliviantar o adormecer a nuestros sufridos sentidos y reducirnos a meros comparsas o tristes espectadores de una farsa que sólo engorda al comediante. Acostumbrados como estamos a tan cotidiano ruido, lo hemos encajado como algo natural, sólo cuando tomas distancia te das cuenta de la contaminación a la que estamos expuestos. Y la contaminación no es nada bueno, corroe de manera imperceptible nuestras vidas, las somete sin darnos cuenta, nos hace dependientes. Seguro, nos hace falta cierta dosis de silencio balsámico y hacer oídos sordos a tanta manipulación-contaminación.





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jueves, 10 de febrero de 2011

Quienes somos la red


Apenas das una vuelta por la red de redes, compruebas el enorme malestar que existen entre los internautas avanzados y no tan avanzados. Y no, no vayan a pensar que la causa es la posibilidad o no de bajarse una peliculita o un par de canciones. El cabreo que algunos definen o se definen como antisistemas es motivado por la frustración, la decepción, la absoluta desconfianza ante aquellos que ostentan los poderes económicos, políticos, mediáticos y en general ante todos los que han hecho uso y abuso de la confianza y el crédito de los ciudadanos.

La red presta voz a miles, cientos de miles de seres humanos que hasta la irrupción de los bip estaban condenados al silencio. La red está reorganizando a la sociedad civil de forma silenciosa, la empodera de conocimiento, de sentimiento, incluso de capacidad movilizadora. Un pacífico ordenador o un inofensivo teléfono móvil se están convirtiendo en armas de defensa e incluso de ataque. Ni la CIA ni cualquier otro servicio secreto, menos aún cualquier humilde mortal han sido capaces de adivinar lo que iba a suceder en Túnez, en Egipto, en Jordania, en Yemen. Los poderes públicos de la vieja Europa y los EEUU parecen poco preocupados sobre el uso de la red, o al menos lo aparentan. Aunque todos los paises, con una u otra excusa, intentan cuajarse sus pequeñas leyes "sinde".

Es posible o quizá solo un sueño que la red nos permita recrear a la antigua ágora griega, la plaza del pueblo donde los ciudadanos libres manifestaban su opinión ante otros ciudadanos libres y hablaban sin pudor ni miedo de la cosa pública. Soy consciente de que no todo es tan idílico como parece, vean si no: desde el burdo uso que de la red hacen algunos de los instalados en las distintas manifestaciones de poder o al que le dan -por ejemplo- el Gobierno chino, sometiendo a sus ciudadanos a una estrechísima vigilancia de las redes sociales o del archiconocido google. Una y otra manifestación: tanto la burda como la opresora la finalidad su finalidad es mantenerse en el poder a toda costa.

Nunca desistir, aprovechemos esta magnifica oportunidad y sigamos tejiendo una verdadera red social de comunicación. El capital del conocimiento y la información ha de ser patrimonio de todos, seguramente puede sonar a ensoñación cuando ya tiene precio la tierra, el agua y pronto hasta el aire que respiramos pero no por ello vamos a renunciar a que algún día se puedan operar los debidos cambios.


Sólo seres humanos.

viernes, 4 de febrero de 2011

La flores del almendro.



Los últimos días de enero, en circunstancias de ordinario, los almendros florecen causando una natural fascinación. Pocos saben que en estas fechas, es costumbre desde antiguo -especialmente en el medio rural- regalar a la mujer amada un ramito de flores de almendro. De esos hombres rudos, tímidos, rústicos y de manos encallecidas salían las más bellas declaraciones de amor sin palabras. “La primera flor con la que se ilumina la primavera eres tú”. “Eres la luz, el color, el aroma, la flor que rompe con el duro invierno, con la tristeza, la soledad y anuncia una nueva primavera en mi vida”. Cuatro pequeñas y frágiles florecillas contenían más honestidad, amor y pasión que la más cara y exótica de las orquídeas u obligado regalo del “San Valentín de los Grandes Almacenes”.

Aún andamos de duelo por los tres recientes asesinatos perpetrados sobre mujeres. Mensajes de indignación, dolor y repulsa se repiten por doquier. Con razón. Pero tras recobrar un poco el sosiego, da la impresión de la sola existencia de gente que intenta defender de manera numantina la razón de una institución pública, una ideología política e incluso ciertas actitudes de androfobia. El resto guarda silencio. A mi juicio, y siendo políticamente correcto, una gran mayoría de hombres y mujeres se aman, y del amor que se profesan forman proyectos de vida en común, crían hijos, sostienen familias y vertebran sociedad. El potencial familiar es valiosisimo, profundizar en los secretos de la convivencia, ponerlos en valor, edificarlos y enseñarlos a nuestros hijos e hijas será el mejor de los instrumentos para luchar contra los desalmados. Regala una ramita de almendro, sin palabras, sólo con brillo en los ojos. ¡Venga hombre! Va por ellas.

jueves, 13 de enero de 2011

Una antigua presentación de power point con plena vigencia

Locales que ya dejamos, personas que marcharon y contribuyeron con su esfuerzo, otras a las que logramos trasmitirle un poco de ilusión y entusiasmo, sueños, esfuerzos, desvarios, algún que otro apoyo institucional del que seguimos estando agradecidos.... Y planeando siempre sobre nuestras cabezas la amenaza de la pobreza y la marginación. Esa es nuestra tarea y aunque el pelo hayamos perdido y los surcos crucen nuestros rostros, jamás perderemos la fe y la sonrisa. ¡¡Venga ánimo!!



Agradecido a todos los artistas de las imagenes.

viernes, 7 de enero de 2011

2010. El año en el que perdimos la inocencia.


Fue el año en el que descubrimos que tras pagar las deudas de las entidades financieras dijeron que las arcas del estado no estaban para cubrir previsiones de futuro y deberíamos de cubrir los agujeros los asalariados. Fue el año en el que periodistas de postín con regodeo y desdén hacían chufla de la clase trabajadora. Fue el año en el que esos mismos comunicadores que se autodenominaban progresistas les cambiaban la cabecera a sus empresas sin que nadie los echara de menos. Fue el año de los trileros de lujo, los que con una mano nos enseñaban el sonajero y con la otra metían mano a nuestra pobre cartera.

Fue el año de la quintaesencia del individualismo, en la que algunos se desgañitaban hablando de derechos individuales mientras se olvidaban que lo que queríamos es ser personas. Fue el año en el que anatemizaron de las religiones pero a nadie se le ocurrió hacer la más mínima propuesta de compostura ética alternativa. Fue el año de las imposturas: ahora tenga hijos, ahora no; ahora bienvenidos los inmigrantes, ahora no; ahora tomen y gasten ahora no; ahora paguemos por dispensar atención a los dependientes, ahora no. Fue el año de la ruina de pequeñas empresas locales, fue el año de la pobreza de muchas familias, fue un año triste, aunque algunos con sus kilos de maquillaje dispensados por sus asesores de imagen, reían, sonreían y se carcajeaban a veces, incluso, con sonrisa amenazante. Fue el año en el que, encima, tuvimos que aguantar aquello de “es que vivíamos por encima de nuestras posibilidades”, y por más que intentamos hacer memoria no recordábamos la última vez que nos compramos unos zapatos nuevos.

Pero también fue el año en el que la solidaridad comenzó a renacer por debajo y los mas humildes aprendieron a darse la mano, los esposos a superar su individualismo de sexo y se centraron a ser uno, los hijos a aplicarse ilusionados por construir el futuro y vivir con la mirada puesta más allá del presente, los vecinos a confiar en los vecinos, las personas empredieron proyectos juntos. Sólo aquellos que a diario nos preferían sectarios, sus filas se vieron mermadas. Fue el año que perdimos la inocencia y descubrimos que no podíamos vivir sin ingenuidad.

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