Al principio...


Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.



jueves, 10 de febrero de 2011

Quienes somos la red


Apenas das una vuelta por la red de redes, compruebas el enorme malestar que existen entre los internautas avanzados y no tan avanzados. Y no, no vayan a pensar que la causa es la posibilidad o no de bajarse una peliculita o un par de canciones. El cabreo que algunos definen o se definen como antisistemas es motivado por la frustración, la decepción, la absoluta desconfianza ante aquellos que ostentan los poderes económicos, políticos, mediáticos y en general ante todos los que han hecho uso y abuso de la confianza y el crédito de los ciudadanos.

La red presta voz a miles, cientos de miles de seres humanos que hasta la irrupción de los bip estaban condenados al silencio. La red está reorganizando a la sociedad civil de forma silenciosa, la empodera de conocimiento, de sentimiento, incluso de capacidad movilizadora. Un pacífico ordenador o un inofensivo teléfono móvil se están convirtiendo en armas de defensa e incluso de ataque. Ni la CIA ni cualquier otro servicio secreto, menos aún cualquier humilde mortal han sido capaces de adivinar lo que iba a suceder en Túnez, en Egipto, en Jordania, en Yemen. Los poderes públicos de la vieja Europa y los EEUU parecen poco preocupados sobre el uso de la red, o al menos lo aparentan. Aunque todos los paises, con una u otra excusa, intentan cuajarse sus pequeñas leyes "sinde".

Es posible o quizá solo un sueño que la red nos permita recrear a la antigua ágora griega, la plaza del pueblo donde los ciudadanos libres manifestaban su opinión ante otros ciudadanos libres y hablaban sin pudor ni miedo de la cosa pública. Soy consciente de que no todo es tan idílico como parece, vean si no: desde el burdo uso que de la red hacen algunos de los instalados en las distintas manifestaciones de poder o al que le dan -por ejemplo- el Gobierno chino, sometiendo a sus ciudadanos a una estrechísima vigilancia de las redes sociales o del archiconocido google. Una y otra manifestación: tanto la burda como la opresora la finalidad su finalidad es mantenerse en el poder a toda costa.

Nunca desistir, aprovechemos esta magnifica oportunidad y sigamos tejiendo una verdadera red social de comunicación. El capital del conocimiento y la información ha de ser patrimonio de todos, seguramente puede sonar a ensoñación cuando ya tiene precio la tierra, el agua y pronto hasta el aire que respiramos pero no por ello vamos a renunciar a que algún día se puedan operar los debidos cambios.


Sólo seres humanos.

viernes, 4 de febrero de 2011

La flores del almendro.



Los últimos días de enero, en circunstancias de ordinario, los almendros florecen causando una natural fascinación. Pocos saben que en estas fechas, es costumbre desde antiguo -especialmente en el medio rural- regalar a la mujer amada un ramito de flores de almendro. De esos hombres rudos, tímidos, rústicos y de manos encallecidas salían las más bellas declaraciones de amor sin palabras. “La primera flor con la que se ilumina la primavera eres tú”. “Eres la luz, el color, el aroma, la flor que rompe con el duro invierno, con la tristeza, la soledad y anuncia una nueva primavera en mi vida”. Cuatro pequeñas y frágiles florecillas contenían más honestidad, amor y pasión que la más cara y exótica de las orquídeas u obligado regalo del “San Valentín de los Grandes Almacenes”.

Aún andamos de duelo por los tres recientes asesinatos perpetrados sobre mujeres. Mensajes de indignación, dolor y repulsa se repiten por doquier. Con razón. Pero tras recobrar un poco el sosiego, da la impresión de la sola existencia de gente que intenta defender de manera numantina la razón de una institución pública, una ideología política e incluso ciertas actitudes de androfobia. El resto guarda silencio. A mi juicio, y siendo políticamente correcto, una gran mayoría de hombres y mujeres se aman, y del amor que se profesan forman proyectos de vida en común, crían hijos, sostienen familias y vertebran sociedad. El potencial familiar es valiosisimo, profundizar en los secretos de la convivencia, ponerlos en valor, edificarlos y enseñarlos a nuestros hijos e hijas será el mejor de los instrumentos para luchar contra los desalmados. Regala una ramita de almendro, sin palabras, sólo con brillo en los ojos. ¡Venga hombre! Va por ellas.