Ese
enigmático y taciturno compañero de camino, ese tahúr que se
resiste a mostrarnos sus cartas . Ese intrigante al que Intuimos sus
secretos propósitos, ese extraño amigo por el que brindamos sin
apenas conocerle. Ese impronunciable verbo que conjugamos en
imperfecto, perfecto y pluscuamperfecto. Ese indescifrable número
que a la vez que suma resta. Ese objeto de deseo que tememos más que
lo ansiamos. Ese al que su vejez quiebra en presente, su pasado en
muerte y en olvido. Ese frío e inescrutable ser al que los sanadores
tienden puentes; los charlatanes, los brujos, los sacerdotes de mil
cultos hacen negocio en su nombre; y los más simples mortales,
trabajamos, labramos, construimos, negociamos inciertos hacia su
encuentro.
No
esperéis nada de él, ignoradlo. Vivid ajenos a sus cuentas y
cabalas. Estrenad cada mañana vuestra mejor sonrisa, respirad
fuerte como si fuera el primer aliento de recién nacido, Acariciad
todo aquello que os rodea como si fuera la primera vez que lo
percibid. Dejad que las lágrimas inunden vuestros ojos por
sentimientos bien merecidos. Trabajad por vuestra pasión o por
vuestra sustento nunca por vuestra redención. Amad hoy, no lo dejéis
para mañana, el mañana tendrá otro afán y nuevas promesas. Soñad
con los ojos abiertos, si percibes la realidad tienes posibilidad de
cambiarla.
Si
en efecto me refiero al futuro. Suele adoptar nombre de guarismo, hoy
y durante 365 días se hace llamar 2013. Me niego a brindar por el.
Prefiero hacerlo por ti y contigo. Sin misterios, sin sortilegios, Y
si tengo que alzar mi copa, lo haría entonando la canción de Lluis
Llach “Más lejos, siempre mucho más lejos del mañana que ya se
acerca. Y cuando creáis que habéis llegado, sabed encontrar nuevas
sendas”.