
Mire usted que mala suerte y fatal casualidad: los controladores les han dado el “puente” a los que deseaban hacer uso del mismo y disfrutar de su merecido descanso; también se lo han dado a distintas empresas españolas que pretendían dar servicios a españoles (los pobres extranjeros no saben lo que se pierden por no celebrar la Inmaculada y nuestra Constitución). Y a propósito de esta última, gracias a los controladores hemos aprendido que en el artículo 116 se habla de Estado de Alarma. Por el contrario, “gracias a los controladores”, se nos ha hurtado la posibilidad de reflexionar y tal vez debatir sobre, por ejemplo, el art. 40 “Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico..... De manera especial realizará una política orientada al pleno empleo“. O tal vez sobre el art. 35 “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y la de su familia, sin que en ningún caso pueda hacer discriminación por razón de sexo. O quizá el art. 41: “Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso desempleo. O del art 47, vivienda digna; o del art 50, pensión adecuada. En fin: silencio a la Constitución hablan los mercados. ¡Qué jodidos los controladores! ¿A cuantos ascenderán el total de los damnificados?