Al principio...


Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.



viernes, 10 de septiembre de 2010

Carta de un amigo.


Querido amigo, vengo observando por lo que me cuentas que, como era de esperar, las tribulaciones no te dejan y las dificultades en tu tarea se suceden. Se me antoja que una cierta zozobra te nubla el alma y la rabia a veces no te deja dormir. Si es así, no dejes que tu ánimo se hunda. En realidad las dificultades que me cuentas constituyen esa parte del viaje a Itaca que tanto te atrajo y en el que estamos todos embarcados. Pero, igual que hasta ahora, sabrás superar tentaciones y peligros y seguir adelante con dignidad. Ese es el empeño que siempre nos ha unido en los mismos y distintos proyectos que hemos vivido.

De las tormentas para qué voy a hablarte, son siempre distintas e impredecibles; ya conoces mi posición y las que he vivido y vivo aun; las tentaciones, sin embargo, son con frecuencia más peligrosas. Se escudan en argucias emocionales y falsas apariencias que nos incitan a quedarnos quietos, cómodos y acobardados, a justificarnos, a recrearnos en nosotros mismos, a instalarnos definitivamente como si hubiéramos llegado; en definitiva, a no tomar las decisiones (a veces difíciles) que debemos en cada momento. Pero hemos de seguir….en situaciones y tareas distintas, con personas distintas, en ambientes diferentes; a veces con el corazón roto por la incomprensión, el acoso cobarde y las deslealtades indignas, pero hay que seguir caminando con la cabeza alta y el corazón limpio y abierto, dispuesto a todo y a pesar de todo.

En ese largo caminar que aun nos queda, que no te abrumen las decepciones, ni los escollos, ni las traiciones más o menos encubiertas. Que no se te nuble la vista a la hora de mirar y sentir orgullo de la entrega y compromiso que siempre te definió. Ni siquiera te hagan dudar las respuestas blandas, tibias o ambiguas de quienes otrora fueron compañeros ( o compañeras) de viaje y hoy miran con frialdad hacia otro lado cuando esperas de ellos el calor de quien una vez compartió el mismo fuego y hoy, como tú dirías, se han pasado “ al lado oscuro”.

A pesar de todo mira hacia delante con la entereza de siempre y si, como hasta ahora, continuas con valentía y nobleza de corazón, la vuelta a tu ansiada Itaca seguro que estará más cerca. Quizá cuando llegues a puerto, si los dioses lo permiten, yo pueda estar también por allí, llevado por otros vientos. Descansaremos entonces y es posible que se nos permita, juntos, comprender aunque sea en parte el sentido del rompecabezas de la vida, y al poner orden en los acontecimientos vividos puede que encontremos al fin la ansiada paz que buscamos.

1 comentario:

  1. La carta es real, no es un ejercicio literario, es la carta que procede de un amigo, al que por el momento guardaré en la intimidad del anonimato. Pero de esa clase de amigos capaces de escudriñar tu alma y sintonizar.

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