Al principio...


Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.



martes, 20 de marzo de 2012

Adónde vamos.



Creo que es una pregunta bien simple pero sobre la que aún no he tenido el gusto de recibir respuesta, es más cuando la formulo veo caras de extrañeza. Por lo que se ve y se oye, hay de los que piensan que sencillamente lo que hay que hacer es ahorrar “gasolina”, recortar gastos, economizar hasta la austeridad más espartana, aliviar peso aunque ello suponga dejarse en tierra a la abuela; por el contrario otros son de la opinión que lo que hay que hacer es no obsesionarse con el ahorro, consumir el depósito sin mucho miramiento, proseguir viaje aunque incómodos por la estrechez pero con el vehículo colmatado y que hasta donde lleguemos, hemos llegado. Las diferencias sobre el cómo y el con quién son importantes, sin lugar a duda. Pero el adónde vamos, no es menos importante. La distancia a realizar parece el único elemento en disputa: a más consumo por sobrepeso menos distancia, a menos consumo más distancia (los sobrepesos podrían ser las políticas de bienestar). Pero ¿adónde vamos? ¿Alguien lo sabe? Podríamos ir directamente a un precipicio y no saberlo. Se nos exigen sacrificios, pero nadie se atreve a hablar sobre el lugar que pretendemos alcanzar tras tan dura travesía. Me gustaría creer que nuestro destino es Shangai-la, ese mítico edén escondido en el Himalaya, donde reina la armonía, la belleza el bienestar. Naturalmente el viaje tiene su coste, aunque mucho me temo, hacia allá no nos dirigimos, algunos solo saben y pretenden llevarnos de vuelta a los submundos donde la avaricia, la insolidaridad, la injusticia y la inmoralidad son las reglas de juegos.






Publicado en Diario Jaén 23/03/2012

2 comentarios:

  1. Lo que sí está claro y vayamos donde vayamos es que hemos perdido el norte, nos hace falta un buen palo metafórico en el lomo para que enderecemos.

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  2. O tal vez una brújula, J.G. Vamos a donde vamos estamos andando, retrocediendo o avanzando, de ese camino aprenderemos...Muy buen blog, saludos desde el sitio juegos de Mario .

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