Al principio...


Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.



jueves, 19 de agosto de 2010

Desempleo juvenil ¿no hay salida?




Un informe reciente de la OIT cuantifica el desempleo juvenil en un 13% , manifestando una profunda preocupación, dado que el dato es el más alto de la historia reciente. Si las cifras son preocupantes en ese nivel de observación que pensarían si les facilitáramos datos desde la Asociación Objetivo Vida que estima que, entre una población de un territorio vulnerable como es la Zona Sur de Jaén, esta cifra se dispara hasta el 27’20%. Bueno es recordar que el paro juvenil se registra hasta los 24 años. Recuerden por otra parte que se supone que estamos con las generaciones de jóvenes mejores preparados de toda nuestra historia, ¿que ocurre entonces? Es de imaginar que en los despachos del ramo las alarmas tienen que haber saltado hasta el estruendo, es del todo inadmisible soportar esta más que cruda realidad, podríamos estar haciendo que quebrara o fuera incapaz de dar respuestas nuestros sistemas de protección social sino a la vez que tentando a la suerte con los de seguridad ciudadana. Dice Sara Elder, economista de la OIT que estamos ante una “generación perdida” o lo que es lo mismo ante “un grupo de jóvenes desanimados que, después de una larga y frustrada búsqueda de empleo, se excluye del mundo laboral”. También la administración catalana ha fijado su atención ante el creciente incremento de la llamada “generación nini”, (ni estudian ni trabajan). Esta alarmante situación exige una atención especial, y mucho me temo que las medidas que se están adoptando no son suficientes.

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